martes, 28 de agosto de 2007

CLARISA Y EL AGUA


No supe nada de Clarisa por 12 años, sin embargo, me bastó su aló para reconocerla. Necesitaba que la hospedara por unos días y, aunque nunca he soportado las visitas, tuve que alojarla, ya que no conoce a nadie por acá y tiene, incluso, menos amigos que yo. Además, le debo varios favores y hasta le tengo un poco de cariño.


La noche en que llegó, cociné para ambas.

Siempre he sido inmune a la suciedad de las verduras y a la mierda de las moscas, pero ella estaba a mi lado y tuve que lavar todo. Empecé por el pescado, luego los zapallitos y después las zanahorias, dejando la lechuga para el último, esperando que ella se diera una vuelta, que fuese al baño, a hablar por teléfono o qué se yo! a intrusear como lo hacen todas las visitas para hacerla creer que, a sus espaldas, cumplí con las normas de higiene y sanidad y así zafarme del lavado; pero ella nunca se movió y tuve que lavarla hoja por hoja y secarlas una a una.

Durante la cena me habló de sus enfermedades, de su eterna soledad, de la hermana tonta, de la lenta muerte de su madre y de las ganas de liberarse de su familia, de su pasado y, sobre todo, de ella misma. Yo masticaba despacio, escuchando su voz en off, mientras pensaba en el día siguiente: a primera hora iba a llegar el señor Olivares con dos propuestas, luego una hora y media de capacitación para la niña nueva, después reunión con el área comercial y así todo el día; jugando a la buenita, tratando de sonreír, para llegar a casa y tener que encontrarme con esta invitada que yo no invité.

Terminamos de cenar y se levantó a lavar la loza. Tomó la primera copa y al ponerla bajo el agua, salió una fluorescencia similar a la de las luciérnagas que se elevó frente a mí para desvanecerse a la altura de los ojos. Yo veía estas luces diminutas, el agua, sus manos, su rostro y ella parecía no verlas. Lavó las copas, luego los platos y al final los servicios y yo, estupefacta, observé hasta que cerró la llave. Ella no las vio y yo no dije nada.


Al día siguiente, me levanté en silencio para no despertarla. Quería empezar mi día como cualquier otro : sola ; pero al salir de la ducha, ella estaba haciendo el desayuno. Talvez creía que era su manera de ayudar o de estorbar menos, pero no paraba de hablar desde la noche anterior y le daba igual que yo no la escuchara. A mí tampoco me importaba. Era esa fosforescencia lo único que tenía en mente, así que esta vez lavé yo.


Eché a correr el agua, respiré profundo, cerré los ojos y al abrirlos, no había nada. Me concentré y aunque traté de visualizar lo que tanto quería ver, no vi nada.


Recibí al señor Olivares, capacité a la niña nueva, fui a la reunión y, dejando para el día siguiente todo lo postergable, volví a casa ansiosa en busca de mis destellitos.

Llegué a las seis de la tarde directo a la cocina, abrí la llave y sólo veía agua. Tal vez era mucha luz. El sol poniente entraba por la ventana y se reflejaba en las copas y servicios, ya secos, que esperaban ser guardados desde la noche anterior. Rápidamente y con torpeza, puse cada cosa en su lugar, pero eso no bastó. La luz todavía era mucha y tuve que esperar hasta la noche.
Traté de leer, de ver tele, de cocinar, pero no hubo nada que acortase el ocaso más largo que he tenido, en el que el sol parecía reírse de la gravedad y los relojes.


En cuanto cayó, abrí la llave y puse las manos bajo el chorro, comencé a agitarlas, ponía el agua más fría, más caliente, lavé las copas limpias y los servicios, hasta que, desencantada, me fui a la terraza. Talvez era sólo un problema de gasfitería. Quién sabe, podría haber sido algún mineral que se coló por las cañerías o que se estuviera desprendiendo del interior de estas.



Mi amiga volvió más tarde, igual de triste como se fue.

Saqué pollo del frízer y lo metí al microondas.
Ella tomó un tomate y al acercarse al lavaplatos … lo supe!
Se da vuelta y, con desgano, me pregunta si quiero comer tomate; yo, desesperada e impaciente, le digo – ¡LÁVALO! - ella me malinterpretó y yo la entendí. Me dijo tirana y soné como tal. Yo sólo quería que abriera el agua para ver si era ella la fosforescente, el agua, el contacto de ambas o qué se yo; tal vez había sido una alza de presión o una baja, de esas que dicen que ves lucecitas; pero sólo la veía a ella alegando por cómo la había tratado y yo no sabía de qué manera decirle que ese no era el momento para discutir, que me disculpara y ella seguía diciéndome que se iba de la casa o algo así, no sé, nunca la había escuchado y menos ahora que la había descubierto.

Indignada, enmudeció por primera vez, se dio vuelta y abrió la llave.

Yo me acerqué y ahí estaban … era Clarisa … Clarisa y el agua…





15 comentarios:

Puppetmaster dijo...

...al hacer contacto con el agua se desprendian trozos de cenizas incandecentes de sus manos. Ella bajo un estado depresivo habia cambiado su composicion biologica. Su alma la sostenia en vida y calor de su generosa amiga.

gallardo dijo...

Como era eso de que las cosas no son mágicas?
Recuerdo haber conversado contigo sobre las cosas que tienen magia, etc.
Lo recuerdas verdad?
Creo que tenemos mas cosas para conversar, o a lo menos algunos pendientes.

Mónica Gutiérrez Pereira dijo...

Que no crea en la magia, no significa que no te haga creer a tí en esta... jeje

Alacran... es mi naturaleza... dijo...

mmmm...racionalmente la magia no deberia existir, pero... estamos seguros de querer vivir en un mundo determinado por un sistema de ecuaciones???????

La verdad, es que con toda mi racionalidad y con toda mi abastraccìon posible, digo que de verdad, un poco de magia pone un sabor distinto a la vida, aunque sea un espejismo en el desierto.

Angélika Pulido dijo...

interesante relato.. me ha gustado.. Saludos magicos

Unmasked (sin caretas) dijo...

Y vos no pensas venirme a saludar/?

no me digas que estas ocupada, para mujeres malvadas como yo, siempre hay tiempo.

Un beso en la boca y una punalada en la espalda. :)

Petra

pd: ahi pase por tu oscuro o obscuro objeto del deseo, esta medio de bajo perfil, necesita mimos. vamos.

Unmasked (sin caretas) dijo...

Oiga, lei su mensaje ya sabe a donde, valentina, my number one enemiga...

CREALE. Porque no? Lo peor que puede pasar, es que no pase nada, y volvamos al principio. Usted, carlitos y yo peleandonos por encontrarnos. jaja.

Creale, yo voto, creale.

Si no aparecias, me tomaba un avion, lo pasaba a buscar a gallardo y nos ibamos al altiplano a seguir peleando.

La sal de la vida.

Portate mal, haceme el honor y al tipo dejalo sin respiracion y un gran agotamiento (usted entiende)

Petra (la enemiga number one de MV)

pd: se te extranaba en lo de nuestro adorado artista. Salud

Jinekoloko dijo...

.
Y TÚ QUÉ OPINAS
de esto ???

...

Blas Torillo Photography dijo...

Mónica!

Que bonito cuento!

Me ha gustado mucho. Pasé por aquí varias veces, pero como no tenía tiempo para leerlo con calma, pasaba de largo.

Ahora te repito: que bonito cuento.

Besos.

Anónimo dijo...

hola prima!!!!

soy la daniela dieciochera, muy lindo cuento y los otros me han gustado mucho también, ¿como va ese libro?

No entiendo por qué el tema en discución es la magia. No le podemos pedir explicaciones a la ciencia o la superstición de todo lo que se nos ocurre...además lo más mágico es a veces lo más científico, por ejemplo...

Juan Manuel va a ser papá!!!!!!!!

y yo: tia.
muy lindo...mas magico que todas las explicaciones del mundo.

Pola dijo...

¿Estás en San Pedro todavía? espero no te pierdas entre los orates y drogodependientes,que bien los conozco yo.....

Saludos de una prima lejana, excelente blog y buenísima tu escritura, esperamos por más.

Anónimo dijo...

Estoy buscando el concepto exacto para decir lo que quiero decir, siempre con el temor de ser mal interpretado, no quiero ser impaciente, romper la magia, solo decir lo que vino como lucecitas a mi mente mientras veía correr tus palabras..."Era Clarisa y el agua".
(Eres tu y las letras)

Walter

@lasnibat dijo...

Y el agua estaba clara?

SalU2
T.

Alacran... es mi naturaleza... dijo...

Por que tanto tiempo te haces esperar??...

mmm quizas la paciencia no sea una virtud de un alacran, pero mi veneno espera ponsoñoso por nuevos rastros que seguir, hasta alcanzar la fuente de esas letras.... podre alcanzarte?....

Mustafa Şenalp dijo...

Your blog is very nice:)