sábado, 13 de octubre de 2007

CANDIDOS MINERALES


Me he venido un poco lejos, en busca del anonimato. Quiero que, de mí, sólo sepan mi nombre y poder, incluso, decir que este es otro.

He venido un poco lejos a darme baños de géiser, a jugar en la luna y transitar por la muerte.

Acá la gente, en su mayoría orates y drogodependientes, dice que el litio está e
n el aire; que sanos, enfermos e hipocondríacos, tienen el mismo derecho a respirarlo y aunque este tipo de ingerencia no me convence del todo, me gusta creer que, lejos del bromo y el yodo, exista otro mineral que, brindándoseme tan generosamente como el éter, esté dispuesto a neutralizarme. Y es que los minerales, a diferencia de los humanos, nunca pierden las esperanzas del saneamiento y, como tales, mantienen la cándida ilusión que la mente es un elemento llevadero. Como carecen de hipotálamo, nada saben de sus laberintos, tramoyas y escondites y, fiándose de la alquimia y resistiéndose ante sus fracasos, insisten en su eficiencia.

Yo todavía creo en ellos; son parte de mis colaboradores más antiguos y van conmigo a todas partes. Aún no logran neutralizarme, pero yo soy cándida también y aún no pierdo la ilusión de su eficacia.

8 comentarios:

Alacran... es mi naturaleza... dijo...

Candidez., ingenuidad... a veces (casi siempre) creo que esas son las principales fuentes de la felicidad, la capacidad de creer mas allá del cuestionamiento, la capacidad de mirar con fe el siguiente paso sin siquiera pensar que se puede estar en el camino herrado... no será que los cándidos y los ingenuos tienen razón?

Mónica Gutiérrez Pereira dijo...

¿por qué a nadie le gusta este artículo?? Yo lo encuentro liiiiindo!

Blas Torillo Photography dijo...

A ver, a ver... a mí si me gusta.

Después de leerlo-te, me puse a pensar en si me gustaría ser mineral. Supongo que tiene sus ventajas eso de no sentir y no poder, por eso, ser vícitma de desengaños y sinsabores.

Me tienta la idea, pero también me gusta darme cuenta de la brisa, del agua y de tu risa.

La vida, también depende de nosotros.

Besos. Y te cuento que vengo más o menos seguido, aunque no comento luego luego. Casi siempre me dejas pensando.

PS. A mi hija le gustó el cuento de los 33 féretros. A mí también.

gallardo dijo...

Creo que estas dando cuenta de un a evolucion de la especie.
Hasta hace muy pocos años eramos adictos al oro, la plata , el platino etc. Pero estos minerales curaban los males del alma de muy mala manera, en cambio el Litio, el Litio si que es un m ineral que sana.
El Calcio, el Hierro, el Yodo, y no se cuantos mas nos ayudan a estar de pie.
Pero el Litio nos ayuda a sonreir.

Mónica Gutiérrez Pereira dijo...

Si, nos ayuda a sonreír y a no sonreír tanto.

Puppetmaster dijo...

A mi me gusto mucho. De hecho lo vi el dia que lo publicaste. Pero sinceramente, no podia decir nada al respecto. Blackout!

un abrazo.

Puppetmaster dijo...

lo que si puedo decir que en tu foto te ves muy tierna. Pero tus escritos connotan un serio grado de oscuridad. Cosa que no es mala.

Mónica Gutiérrez Pereira dijo...

Bueno... uno igual puede ser tiernamente oscura ¿no?

Gracias por sus comentarios