viernes, 12 de diciembre de 2008

OBSTINATTO EN NO SOSTENIDO






Este miércoles de otoño,
te ofrezco:

un cúmulo de contratiempos por una plétora de clamores
con un propósito sublime para esta madrugada gélida.



Acércate.
Acércate más.
Me tienes miedo.
(yo también me tengo miedo)
Le temo a la torpeza inocente de mi dulce demencia,
a soliloquios como estos cuando mendigas silencio
y a los celos que minan mi boca apucherada.
Hoy me siento indiscreta
y me siento intrigada
y me siento inexperta / impaciente / insaciable
y solícita.


Creo ser ingenua todavía.


Todavía creo en los fantasmas.
En los villancicos de invierno
y en las estrellas fugaaaaaaaaaaaaaaces
queduranlomismoqueundeseo;
uno de esos de pestaña
(de esos con los que sigo insistiendo).


Todavía creo en las mentiras.
En tu reloj descronometrado
y tu calendario distraído.
En tus dolencias de domingo.
En las rosas que extraviaste.


A veces creo que me podrías, incluso, amar.

Tal vez si pudiera convencerte
que hubo un martes victorioso
en el que supe dominarme.

Si pudiera convencerte

que mis dédalos son únicos,
que no hay fémina espontánea,
que somos todas diabólicas.

(No sé si sabes que tengo una panza clandestina,
dos infortunios y tres desvaríos en cautiverio;
un precipicio latente que por las tardes me agobia
y el vicio del roce de tus dientes con el mosto de mi piel).

Este miércoles hambriento,
no me prives de tu cuello libertino
ni sugieras las delicias de lo casto.

Es que estos días de célibe profanan mi ego.
Los olores ausentes invaden mi cama
y la pena agazapada licua mi cuerpo.

Y aunque sé que compartes secretos con mi almohada,
no quiero saberlos.

Prefiero que me toques.

Tócame.
Tócame aquí.
No/no.
Aquí.

No me finjas que no escondes lo que imploro.

Necesito que hoy me ames porque me duele la frente
y esta sólo se mejora con la tuya entre mis muslos.



Exprímeme.


Este miércoles insomne,
no prediques con amores que no entiendo
ni me digas que soy yo la que exagero.

No es que yo crea que mi urgencia sea fortuita.
Mi polémica existencia no ha perdido su frágil entereza.

Ni yo le temo a la alegría fragmentada
ni al pálpito de tus pupilas
ni a la historia de mis labios
ni al céfiro de tu boca.

Mas te siento inseguro
y te siento insensato
y te siento indolente/ insufrible /inmutado
y apático.

Apático con mi monólogo frenético
y con mi séquito de lágrimas estériles
y con mi pánico a tus réplicas ilógicas.
Mírame.



Deléitate.



Tócate.


¿Todavía me desprecias?


Entonces déjame tocarte.
Morderte suavecito y respirarte.





Tú también puedes hacerlo.


Puedes humedecer tus yemas gráciles
y erizarme poro a poro.


Puedes bautizar cada una de mis partes
y colonizar mi cuerpo entero.


Puedes disponer de todo lo mío con sólo señalarme.


Puedes disfrutarlo.

Y puedes, hasta, acostumbrarte.


Mi cándida inercia de abrigar mi espalda con tu pecho y mi pecho con tus piernas
no me debilita.

(Me hace fuerte y soberbia)


Necesito que hoy me ames porque estoy durmiendo mal
y tus ronquidos me susurran
y mi nariz se acurruca.

Quédate.
Quédate y me callo.

Cállame.
Ayúdame a callar.

Duérmete.

Las siestas al dulce sonido de mis tripas son fascinantes.

Bajo estos médanos blancos,
el tum tum de mis latidos adormilados
arrulla tu sueño y estimula mi vigilia.

Este miércoles eterno,
no desprecies mi franca malquerencia
ni condenes la arrogancia de mi garbo
ni el oprobio de mi franqueza.

No son mis críticas
ni son tus hábitos
ni nuestros diálogos.

No es que me ría de tu triste silabario.
Tu lacónica elocuencia no coarta mis ganas de mimarte
ni el desenfreno por embestidas a media tarde
ni mi voracidad por tus sabores
ni la sed de nuestro sudor.

Necesito que hoy me ames porque ya viene el invierno

y es el hielo de mis manos el que congela mi sexo.

Alegas que te engaño.
Yo también me engaño.

Me convenzo de que un martes ilustre decidirás amarme.

Y te ruego que te quedes para darme a tus caprichos.
Para olerte al mediodía y lamerte a medianoche.

Para amordazarte con mis entrañas.
Para que me atragante con las tuyas.

Necesito que hoy me ames porque estoy hablando mucho
y tu sabes acallarme
(y tu sabes que me gusta).

Ya estoy harta de naufragios de infierno,
porque sé que no me amas.

Y no me importa.

Ya no me soportas.


A veces,
yo tampoco me soporto.


No es fácil ser yo.


Tener que convivir con delirios culpables,
lidiando con mi desvergüenza
y ultrajando mis vanidades.

En este miércoles ebrio de palabras de hastío,
has visto mi fracaso enmascarado y mi tormento.

Ya no me quedan secretos.

Ya no tengo más sorpresas.

Ya no te enternezco.
Ya no centelleo.

Ya nada puede descrucificarme.

Y es tu culpa.

Es tu culpa este improperio.

Tus minutos de propina no encubren la carestía de tiempo
ni tus ausencias sigilosas
ni el abandono de mis besos.

De mi ombligo.

De mis costillas de pez.

Es tu culpa que mi sangre se condense
y mis venas se hagan negras e inflamables.

Es tu culpa y lo sabes.

Quédate con ella.

Llévatela.

Ya me anhelaras irresistible
y me volvieras indispensable;
pero me intuyes sacrílega
y me sabes indómita.

Este miércoles distante no te vayas sin decirme de qué huyes.
Ni me hagas creer en interludios pendientes
ni en discordias que redimen.

Por eso me voy.

Por la tristeza de mis sábanas.

Por tu alegría tácita.

Por tu intermitencia.

Y porque tengo frío.

21 comentarios:

MinoTHAURO dijo...

UN MAÑANA ANTES DEL DIA

El sol desaparece detrás de la lluvia,
los perros vagan confundidos
como fantasmas en la niebla,
y el camino se hace mas obscuro
hacia el mar de los sueños.
Si pudiera regresar,
te encontraría nítida en mi memoria,
y lejos imaginaría
el sonido de la medianoche europea
la medianoche de la catedrales.
Si pudiese regresar
volvería con las manos cargadas de lluvia,
desde un viaje lancinante.
Pero te imagino y te vuelves nostalgia,
así todo mañana es la arena
donde te invento y te dibujo,
pronto a recordarte,
antes que el mar de mis sueños
te arrebate
y me diga que asi no eres,
con ese pelo y esa sonrisa.

yole dijo...

No te tengo miedo...es imposible tenertelo...Bien lo sabes, pues eres clara como el agua clara.

gallardo dijo...

Te voy a dejar un poema que fue publicado en mi blog:
http://cgallardo.blogspot.com/2006_05_01_archive.html

Cuerpo que tienta: Te veo como a un ángel, cuerpo de tentación y de inconciencia. En este juego de oferta despiadada de la fertilidad, que disloca el sentido de lo amado y se lo lleva consigo a las entrañas. Cuerpo tuyo y fresco que construye el futuro en un suspiro en un abrazo eterno.

Cuerpo prohibido: Cuerpo del otro que nunca ha sido mío, que es de otro que jamás seré yo. El cuerpo ajeno que pasea por las plazas del deseo, que rechinan los dientes del dolor de lo bello.

Cuerpo enemigo: Cuerpo de guerra, echo de puños y tijeras, cuerpo guiñapo que nada a doblegado en mi favor. Cuerpo de iras abisales, cuerpo a la carga, con el pecho destrozado de cananas, enemigo de ideas y sabores distintos.

El cuerpo mío: Mi cuerpo mío que ha sido mi doble y mi testigo, que me flagela, o que me endulza los días, que me duerme. Desde mi cuerpo hasta mi pecho, no alcanzan las palabras. Me he mirado mil veces rodeando tus secretos, enfrentando de noche a los insondables miedos del espejo.

Cuerpo amado: Amo tu cuerpo como a un infinito tibio y palpitante. Cuerpo de selvas, de calores, cuerpo distante de mi mano y a mi alcance, otro cuerpo de sombras que me habita cuando canta, que me tiembla y que me sangra. Cuerpo de goce y de dolor del alma, como te he amado en esta vida

Marsu dijo...

Hola, por qué no habrás dejado espacio para comentario en tu poema recién publicado?, no lo escribiste tu, verdad?.. y ya no escribes más??, dónde están tus fechas?, misteriosa..

Mónica Gutiérrez Pereira dijo...

HOla Marsupial,
si, el Obstinatto es mío, el único poema que he hecho en la vida. Por un problema de ignorancia quedó sin comentario. No me ha sido fácil aprender las herramientas de blog.
Gracias a ti y al resto de los chiquillos de arriba.

tuerten dijo...

flaca, sublímemela

(la líbido, oh,oh,oh)

onda sigmund freud in a zepellin style

Anónimo dijo...

En los datos personales te ha faltado engreida, gilipollas y mamona

Mónica Gutiérrez Pereira dijo...

Jajaja!

Pero si eso se ve, no es necesario decirlo!

Anónimo dijo...

hola goldi!
ta weno tu blog.
bien cuático
felicitaciones

bomby cuiqui

Anónimo dijo...

ME CALENTEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Eres un puton calientapollas

Mónica Gutiérrez Pereira dijo...

Al menos doy la cara.

Anónimo dijo...

Pues ten cuidado que un día te la van a partir

Anónimo dijo...

TREMENDO...genial...cautivador(a

De verdad eres un hallazgo grato a los sentidos, lástima que tú vivas en venus y yo en marte ¡¡¡

Me encanta explorar el corazón de una mujer, conocerla no por el beneplácito horizontal acostumbrado, sino porque el enigma que uds. son me fascina, son como un universo paralelo lleno de mundos.

Tu poema es excelente¡¡¡
No uso términos como "bonito", no es para un poeta este adjetico, es para las flores o los vestidos.

Monica Valentina...es un grato placer literario y emocional leerte

Walter

Felipe Sérvulo dijo...

Siempre es un placer volver a tu casa. Enhorabuena por el poema.
Abrazos.

Jorge Luis dijo...

Preciosa me gustaría tener 20 menos,
aunque igual no más soy igual a tí calienteeeeeeeeeee.
Gracias por acercarme a tí
Jorjón

Alacran... es mi naturaleza... dijo...

Rellenando letras, disminuyendo espacios...

Si, yo tambien me confese caliente, y que?...

Perrie dijo...

Bella la poesía, me gustó. seguiré leyéndote.
Perrie

Anónimo dijo...

monica te pasaste ,bravo ,bravo ,me encanto todo pero la poesia es lo que mas me gusta,bravo

melanfia dijo...

que onda el sicopata anonimo

Mónica Gutiérrez Pereira dijo...

Yo creo que el anónimo no tiene ninguna gilipollas a quien partírselo, como dice él, y se enojó conmigo porque lo dejé caliente y no sabe qué hacer con su sardinita...